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Al escribir un texto, incluso al hablar, podemos llegar a cometer algunos errores sin ser totalmente conscientes de ello. Estas expresiones incorrectas pueden hacer que el contenido que estemos generando no se vea tan prolijo y, por lo tanto, genere menos confianza en los usuarios y menos interés en volver a visitar tu sitio web.

Para que entiendas cómo unos detalles pueden hacer una gran diferencia en tu contenido, te hablaremos de qué son los vicios del lenguaje. Además, verás algunos ejemplos y unas recomendaciones para evitarlos en el futuro.

¿Qué son los vicios del lenguaje?

Los vicios del lenguaje abarcan una serie de deficiencias y patrones problemáticos que impactan negativamente la calidad y eficacia de la comunicación verbal y escrita. Estos vicios se manifiestan en forma de errores gramaticales, léxicos y estilísticos, que pueden surgir por diversas razones, como la falta de atención, desconocimiento de las reglas lingüísticas o incluso por la influencia de tendencias en redes sociales, que alteran las funciones del lenguaje. 

Desde repeticiones innecesarias hasta el uso incorrecto de palabras, los vicios del lenguaje pueden entorpecer la transmisión de ideas, generar malentendidos y, cómo te comentamos anteriormente, restar credibilidad al emisor. Específicamente en la escritura, estos vicios pueden dar lugar a ambigüedades y dificultades de interpretación que afectan la coherencia del texto y reducen su impacto persuasivo.

¿Qué vicios del lenguaje existen?

Ahora qué revisamos qué son los vicios del lenguaje, podemos mencionar cuáles son los errores comunes. Reconocer estos y ver algunos ejemplos de vicios del lenguaje te ayudarán a que los identifiques en tu propio contenido y los evites con mayor facilidad:

Ejemplos de vicios del lenguaje en redacción

  • Repetición: repetir palabras, frases o ideas de manera innecesaria, lo que hace que el discurso sea monótono y poco interesante.

Ejemplo: El informe que presentaste ayer tenía muchas fallas. Fallas en la estructura, fallas en los datos y fallas en las conclusiones.

  • Solecismos: errores gramaticales o de concordancia, como una construcción incorrecta de las conjugaciones verbales o problemas en la flexión de género y número.

Ejemplo: Los niños jugando en el parque hace ruido..

  • Equivocación de palabras: empleo de palabras que suenan similares, pero tienen significados diferentes, como «haber» en lugar de «a ver» o «echo» en lugar de «hecho».

Ejemplo: No puedo ir haber televisión ahora, estoy ocupado.

  • Prolixidad: extenderse demasiado en un tema, utilizando más palabras de las necesarias para expresar una idea, lo que puede abrumar al receptor.

Ejemplo: En relación con el tema que estamos tratando, me gustaría tomar un momento de su valioso tiempo para explayarme y detallar de manera exhaustiva y completa todos los puntos relevantes y significativos que considero pertinentes en este contexto.

  • Dequeísmo: empleo de la incorrección “de que” en posición previa a verbos transitivos.

Ejemplos: Pienso de que debería cambiar de opinión.

  • Queísmo: uso incorrecto de la preposición “que” cuando debería ir acompañado de la preposición “de”.

Ejemplo: Es el momento que me digas lo que sucedió ese día.

Ejemplos de vicios del lenguaje en expresión

  • Clichés y frases hechas: expresiones gastadas que carecen de originalidad, como «más vale tarde que nunca» o «ponerse las pilas».

Ejemplo: Voy a hacer mi mejor esfuerzo para pensar fuera de la caja y encontrar una solución ganar-ganar.

  • Ambigüedad: frases o palabras vagas que pueden tener múltiples interpretaciones, lo que puede llevar a malentendidos.

Ejemplo: Le presté mi libro a Juan antes que a María. (En donde no está claro si Juan recibió el libro antes que María o si Juan recibió el libro antes de prestarlo a María).

  • Pleonasmos: información innecesaria o repetitiva, como decir «subir arriba» o «bajar abajo», que no añade valor al mensaje.

Ejemplo: Voy a bajar abajo al sótano a buscar las cajas y luego sacarlas afuera.

  • Barbarismos: errores en la pronunciación o escritura de palabras, como «ansina» en lugar de «así» o «mas o menos» en lugar de «más o menos».

Ejemplo: Yo vi ansina, no me lo contaron.

  • Vulgarismos: lenguaje coloquial, vulgar o grosero en contextos inapropiados, lo que puede afectar negativamente la impresión que causas.

Ejemplo: No me importa un carajo lo que piensen de mí.

  • Cosismo: abuso del empleo de la palabra “cosa”, dado sobre todo en la escritura.

Ejemplo: Hay algunas cosas que discutir. La cosa es que no sé cómo.

  • Extranjerismo: empleo innecesario de frases o palabras en otro idioma.

Ejemplo: El libro fue un best seller debido a su temática underground.

Recomendaciones para evitar vicios del lenguaje

Ahora qué tienes una idea de qué son los vicios del lenguaje y hemos revisado algunos ejemplos, te puedes estar preguntando si hay formas de evitarlos. Si bien, la mejor forma de hacerlo es conociendo a cabalidad las reglas de redacción, gramática y ortografía, hay algunos consejos que puedes seguir para no caer en estas equivocaciones cuando estés redactando:

  • Dedica tiempo a revisar y editar tu texto para detectar y corregir errores antes de que el producto final sea publicado o compartido.
  • Leer tu texto en voz alta puede ayudarte a identificar muletillas, redundancias y otras áreas problemáticas pasadas por alto.
  • Utiliza un diccionario de sinónimos para encontrar palabras alternativas y evitar la repetición de términos.
  • Evita el exceso de palabras complejas o frases elaboradas si no son necesarias. 
  • Planifica la estructura de tu texto antes de empezar a escribir. 
  • Considera quiénes serán los lectores de tu texto y el contexto en el que se leerá. Adaptar el lenguaje y el tono puede hacer que el texto sea más efectivo.
  • Antes de escribir, ten claro el propósito y los objetivos de tu texto. Esto te ayudará a evitar divagaciones y mantener el enfoque.
  • No caigas en exageraciones o superlativos innecesarios que pueden restarle credibilidad a tu texto.
  • Repasa las reglas gramaticales básicas para asegurarte de que estás utilizando el lenguaje correctamente.
  • Evita los clichés y las frases hechas. En su lugar, busca maneras más originales de expresar tus ideas.
  • Pide a amigos, colegas o editores que revisen tu trabajo y te den retroalimentación honesta sobre cualquier vicio del lenguaje que puedan identificar.

 

Sabiendo qué son los vicios del lenguaje y la forma en la que se manifiestan, podrás ser más cuidadoso con las palabras que empleas y cómo las usas al momento de redactar. Considera que someter tu contenido a pruebas de lectura con otras personas te dará una retroalimentación e identificarás detalles que quizá no habías visto antes.

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Autor: Tess

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