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La calidad de un sitio web tiene que ver con muchos aspectos, pero, sin duda, la redacción del contenido es uno de los más importantes. Para ayudarte a crear textos que cumplan con los requerimientos mínimos, te explicamos qué es y cómo hacer una guía de estilo.

Al ingresar a una página web en la que todo luce integrado y cuidado, probablemente no pienses demasiado en cómo se consiguió eso, pero lo cierto es que tener un sitio web coherente requiere de cumplir ciertos lineamientos en la creación del contenido. Para esto es que se utilizan las guías de estilo que redactores y diseñadores deben seguir.

En este post de Editamos.com, te explicamos cómo hacer una guía de estilo para tu sitio web, enfocada en la redacción, que facilite la creación de contenidos alineados con el tono y voz de tu marca. Sigue leyendo para saber qué debe contener esta guía y cómo estructurarla.

¿Qué es una guía de estilo web?

Una guía de estilo o manual de estilo web es un documento que recoge los lineamientos, criterios y normas que se deben seguir en la creación de contenido de un sitio. Su objetivo es que todo lo que aparezca en los materiales cumpla con los mínimos requisitos de calidad, sea homogéneo, luzca integrado y se reconozca fácilmente como perteneciente a ese sitio.

Existen guías de estilo de diseño y de redacción. Las primeras suelen atender a que se siga la paleta de colores corporativos, los elementos gráficos deseados, el uso del logotipo principal o el estilo fotográfico. En este artículo, nos centraremos en las guías de estilo de redacción y creación de contenido escrito. De cualquier manera, considera que lo ideal es contar con ambas para pulir todos los aspectos de tu sitio y fortalecer la imagen y cohesión de tu marca.

¿Por qué es importante contar con una guía de estilo?

Recuerda que tu sitio web es parte de la imagen de marca de tu compañía, y como cualquier otro aspecto de ella, es importante que éste exprese calidad y cuidado. Un lenguaje claro es la columna vertebral de todo sitio web o blog. Y si esperas que tu sitio se vuelva relevante, contar con una redacción impecable, es vital. 

Piensa que, por ejemplo, ningún sitio de noticias respetable permite faltas de ortografía en sus artículos, encabezados incomprensibles o expresiones en exceso coloquiales en las notas serias.

Todo esto son aspectos que se deben establecer al decidir cómo hacer una guía de estilo que, además de ofrecer lineamientos claros, te ahorrará tiempo cada que un nuevo elemento se integre a tu equipo de trabajo, pues no será necesario explicar una y otra vez lo que se espera de sus textos, todo estará a su alcance en este documento.

Al final, una guía de estilo tiene como uno de sus objetivos, otorgar un aspecto de marca profesional a tu sitio e incrementar la confianza de tu público objetivo hacia ella. Ten en mente lo que establece el libro de estilo de la BBC: el trabajo de los redactores es ofrecer a sus lectores un uso del lenguaje inteligente y disfrutable, porque la escritura de calidad no es lujo, es una obligación.

Cómo hacer una guía de estilo

No es necesario que te compliques ni te estreses al crear tu guía de estilo. El secreto del estilo, según el poeta inglés Matthew Arnold, es tener algo que decir y decirlo claramente. Los pensamientos sencillos, expresados con claridad, son la clave. A continuación, te damos algunos consejos para saber cómo hacer una guía de estilo y que incluir en ella para mejorar la claridad en todos tus textos.

Estudia tu marca

Existen una gran cantidad de elementos a tomar en cuenta para determinar cómo hacer una guía de estilo web. Pero muchos de ellos dependen de la temática del sitio y tu cliente ideal. No será necesario hacer las mismas especificaciones para un blog de abogados que para uno de jardinería.

En el primer caso, sería importante establecer cómo nos referiremos y escribiremos ciertas leyes, códigos y normas, o si recomendamos o no el uso de abreviaturas, etc. En tanto, en el segundo, tal vez nos enfocaremos más en determinar si usaremos cursivas para los extranjerismos — como los nombres en latín de las distintas especies de plantas—  o si hablaremos de tú o usted a los lectores.

De manera que antes que nada, el elemento principal a tomar en cuenta es pensar en qué define a tu marca. Tu contenido web debe alinearse a la voz de marca, tono e identidad corporativa de tu compañía para mostrar coherencia. En tu guía de estilo puedes incluir una sección que explique los siguientes elementos clave para facilitar la comprensión de esto en tus redactores:

  • Quiénes somos
  • Cuáles son nuestros valores, misión y visión
  • Qué servicios ofrecemos
  • Cuál es nuestro target
  • Qué mensaje queremos comunicar

Una vez que tengas claro lo qué define a tu compañía y qué colección de elementos te interesa cuidar más, podemos ir al siguiente paso: mantener una marca consistente.

Elige el tono

En el blog de Editamos puedes encontrar un artículo que desarrolla este tema en profundidad, pero para efectos prácticos, imagina el tono como un espectro en el que en el extremo izquierdo se encuentra ese profesor serio e inflexible al que jamás viste sonreír, y en el otro ese amigo bromista que no parece tomarse nada en serio y siempre te provoca una carcajada. ¿Cuál de estos dos personajes se parece más al que sería el perfecto embajador de tu marca? ¡Ese es el tono de tu sitio web!

Por supuesto, el tono es un espectro y no tienes que ceñirte al 100% a uno de estos extremos, pero pensarlo de esta manera te ayudará a determinar qué tan serio y formal será el tono de tus escritos en algo tan básico como dirigirse a tus lectores de tú o de usted. Las guías de estilo deben otorgar un parámetro respecto a esto para evitar caer en la creación de contenido que choque con el estilo habitual de tu marca.

Define el formato que tendrá tu contenido

El siguiente paso en el proceso de cómo hacer una guía de estilo es establecer el formato de tus textos. Ya sea que se trate de content blocks, blog posts o artículos de largo aliento, es importante que establezcas el contenido mínimo que deben cubrir y cuál es la estructura lógica que seguirán. Los elementos básicos a señalar son:

  • Extensión: en ocasiones, algunos redactores podemos ser increíblemente entusiastas y escribir miles de palabras sobre un tópico en apariencia sencillo, mientras otros aman la síntesis y son capaces de explicar en pocas palabras los temas más complejos. Para conservar la cohesión de tus textos y mantener la facilidad de lectura, determina un mínimo y máximo de palabras para que cualquier tipo de redactor adapte su estilo a ello.
  • Secciones: permitir la creatividad siempre es positivo, pero si hay elementos que deben estar en cada pieza de contenido, dilo claramente. Si cada uno de tus artículos debe incluir una sección de contacto, un número determinado de ejemplos o una mención de publicidad paga, indícalo. Y haz lo mismo respecto al orden de estos elementos si es necesario.
  • Fuente y espaciados: tal vez esta sea una parte que toca más al encargado de subir el contenido, pero de cualquier manera, será más fácil si todos tus redactores conocen y utilizan el mismo tipo y tamaño de fuente, así como el interlineado establecido.
  • Encabezados: para la optimización SEO es importante que los artículos se estructuren a partir de los títulos H1, H2 y H3. Recuerda señalarlo en tu guía.
  • Uso de viñetas: las listas o viñetas también son otro elemento importante para el SEO, anima el uso de las mismas cuando sea conveniente, pero asegúrate de indicar claramente qué tipo de viñetas se pueden utilizar y para qué tipo de información.
  • Uso de imágenes: si esperas que los redactores incluyan ejemplos de imágenes relacionadas al contenido, indícalo, así como cualquier especificación respecto a estas imágenes, como si deben ser de uso libre, originales, fotografías o creadas por AI, etc.

Establece parámetros respecto a reglas ortográficas y gramaticales

Hay reglas muy claras que casi todos los redactores profesionales saben y siguen de manera automática. Sin embargo, hay ciertas zonas grises que ni las gramáticas ni los manuales de estilo terminan de consensuar. En estos casos, es importante que tu guía de estilo indique cuáles son los comportamientos deseables en tu contenido. Entre este tipo de elementos se encuentran:

  • Uso de abreviaturas y acrónimos: determina si deseas que se usen siempre las opciones acortadas o no, si debe indicarse el significado del acrónimo cada vez que se use o sola la primera ocasión, etc.
  • Uso de extranjerismos: ya sean términos técnicos que no tienen traducción exacta en tu lengua, términos científicos o expresiones populares en otro idioma, decide si esperas que estas palabras sean marcadas en cursivas, entrecomilladas o completamente evitadas en tus piezas de contenido.
  • Uso de mayúsculas: claro, el uso de mayúsculas es algo que todo redactor profesional debería dominar, pero en ocasiones hay términos específicos de ciertos campos del conocimiento que siguen un poco sus propias reglas. Si crees que puede haber confusión al respecto en el caso de tu sitio web, lo mejor es dejarlo claro. Además, hay cuestiones que se tratan más de estilo que de reglas, como el uso de mayúsculas en cada palabra de los encabezados. Simplemente, establece tus preferencias.

Otros elementos a tomar en cuenta

Además de los elementos de tono, formato y ortografía que ya hemos visto, hay un par más de conceptos que deberías considerar en tu proceso de cómo hacer una guía de estilo. Alguno de los más importantes son:

  • Fuentes: es vital que si se toma información de otros sitios o datos de fuentes oficiales, se indique de alguna manera en el texto para evitar sospechas de plagio. Indica cuál es la forma predilecta para hacer esto en tu contenido, ya sea con una cita al final del texto, un enlace o una mención dentro del contenido.
  • Números y medidas: dependiendo del tipo de contenido y sitio que manejes, puede que la cantidad de cifras que tengas que incluir en tus textos sea un poco abrumadora. Tal sería el caso de un sitio de inmuebles que debe hablar de rentas, porcentajes de ganancias, crecimiento poblacional, demanda, etcétera. De acuerdo al volumen y uso de estos números, establece lineamientos que faciliten la comprensión del contenido. 

Puedes decidir que las cifras se redondeen, que se expresen los miles con letras o que sea añadan gráficas o tablas. También puedes homologar las unidades de medida. Si escribes para un público hispano en Estados Unidos, quizá quieras mantener el uso de millas en lugar de kilómetros o de libras en lugar de kilos.

  • Palabras sensibles: podría parecer obvio, pero a veces el sentido común corre más rápido que nosotros y podemos pasar por alto que el uso de ciertas palabras resulta inadecuado o incluso ofensivo para ciertos sectores. Para evitar cualquier desliz puedes incluir una lista de palabras a evitar en la creación de tu contenido y tu copy para redes sociales u otros canales de comunicación.

Señala claramente lo que no debe hacerse

Por muy minuciosos que esperemos ser en la creación de nuestra guía de estilo, es probable que ciertas prácticas sean difíciles de definir de la forma en que lo son las reglas gramaticales. Para este tipo de situaciones, te puede servir agregar una sección con las prácticas no recomendadas.

Cosas como evitar el uso de frases trilladas, palabras demasiado largas y complejas o que raramente se usan en una conversación, palabras cuyo significado no es claro – ni siquiera para el redactor – o un exceso de términos técnicos, todo ello puede ser enlistado en esta sección.

Añade una sección de mejores prácticas

De la misma manera, si hay prácticas que te parecen deseables – aunque no las consideres obligatorias – inclúyelas como sugerencias. Estas pueden ser cosas que hayas visto en otros sitios web, en ejemplos de guías que te gustaron, o prácticas que algunos de tus redactores incorporaron y que te gustaría que otros lo hicieran a su vez.

El uso de citas, una distribución particular de las secciones, la inclusión de llamados a la acción originales y bien integrados u otras normas de estilo atractivas y útiles, son cosas que puedes señalar como buenas prácticas.

No olvides incluir ejemplos en cada sección para evitar dudas o malas interpretaciones de los lineamientos. Finalmente, una guía de estilo está tratando de enseñarnos a escribir con claridad y debería ser un ejemplo de ello en sí misma. También puedes incluir fuentes o enlaces de utilidad como diccionarios, otras guías de estilo – como las de periódicos reputados – o sitios web que tienen excelentes prácticas. Una vez que tengas redactada tu guía de estilo, el siguiente paso será mantenerla actualizada y realizar los cambios que sean necesarios de acuerdo al desarrollo de tu marca.

Ahora que ya sabes qué es una guía de estilo, tal vez estés pensando que esto es demasiado trabajo para escribir algunos artículos en internet, pero ya lo dijo Samuel Johnson: lo que se escribe sin esfuerzo, se lee sin placer, así que, ¡haz el esfuerzo!

Y si requieres ayuda para redactar, corregir o editar tus guías de estilo o tu contenido web para mantener la identidad de marca, no olvides que en Editamos.com somos expertos en la creación de contenido con un toque de SEO. ¡Contáctanos!

Autor: Nora

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